En los últimos años, el mewing —colocar la lengua contra el paladar de forma continuada para “definir” la mandíbula y cambiar la estructura facial— se ha viralizado. Sus defensores aseguran que puede corregir la mordida, alinear los dientes y remodelar la cara sin ortodoncia ni cirugía.
¿Hay base científica? ¿Es inocuo practicarlo por tu cuenta? Aquí te damos la visión clínica y basada en evidencias.
Qué es exactamente el mewing
El mewing es una pauta de postura lingual (lengua apoyada en el paladar duro, labios sellados y respiración nasal) popularizada por el ortodoncista británico John Mew dentro del enfoque “orthotropics”.
La técnica se difunde como un “entrenamiento” diario que, supuestamente, podría modificar la forma del tercio medio e inferior de la cara y mejorar la oclusión. Sin embargo, no existen ensayos clínicos controlados que demuestren que estas posturas, por sí solas, reformen hueso y mordida en adolescentes o adultos.
Organismos profesionales como la American Association of Orthodontists (AAO) y la British Orthodontic Society (BOS) han advertido de la falta de evidencia para las promesas estéticas del mewing.
¿Funciona para “cambiar la mandíbula”?
- Estructura ósea y mordida: en ortodoncia, los cambios estables de dientes y hueso requieren fuerzas controladas (aparatos) y, a veces, cirugía ortognática. No hay pruebas sólidas de que la postura lingual aislada remodele la mandíbula o corrija maloclusiones por sí misma en población general. La AAO lo resume así: la evidencia que respalda las promesas del mewing es muy débil.
- Lengua y crecimiento: la posición de la lengua influye en el desarrollo dentofacial, especialmente en crecimiento (infancia), algo descrito en la literatura; pero asociación no es intervención eficaz. Colocar la lengua “en alto” no equivale a un tratamiento ortodóncico capaz de sustituir brackets, alineadores o cirugía cuando están indicados.
¿Es peligroso? Riesgos potenciales si se practica sin control
Aunque apoyar la lengua suavemente en el paladar no es, per se, dañino, la práctica intensa o forzada puede acarrear problemas:
- Alteraciones dentarias/oclusión: presiones crónicas mal dirigidas pueden mover dientes de forma no deseada, generar desgaste y inestabilidad de la mordida.
- Dolor muscular y ATM: tensión mantenida de lengua, maseteros y cuello puede precipitar mialgias o disfunción temporomandibular en personas susceptibles. (Advertencias recogidas por AAO ante prácticas no supervisadas).
- Falsa seguridad: confiar en mewing para “corregir” una maloclusión demora tratamientos que sí han probado eficacia (ortodoncia/ortognática), con empeoramiento progresivo en algunos casos.
¿Hay algo rescatable del enfoque? Sí: respiración nasal y terapia miofuncional… supervisadas
Conviene diferenciar mewing de la terapia miofuncional orofacial (TMO). La TMO es un conjunto de ejercicios guiados por profesionales (logopedas, odontólogos, fonoaudiólogos) para reeducar funciones orales (deglución, sellado labial, tono lingual) y complementar otros tratamientos.
En patologías como la apnea del sueño (selección de casos), revisiones y metaanálisis han encontrado mejoras clínicas cuando la TMO se integra en un plan interdisciplinar.
Esto no valida el mewing como “moldeador” de mandíbula, pero sí recuerda que función y postura pueden formar parte de un tratamiento médico real, siempre prescrito y monitorizado.
Señales de que necesitas evaluación profesional (y no un reto viral)
- Dolor articular o muscular en mandíbula, cara o cuello.
- Desgaste o movilidad dentaria, encías inflamadas, sensibilidad.
- Mordida abierta, cruzada, sobremordida o apiñamiento que afectan a la función.
- Ronquido, respiración bucal crónica o somnolencia diurna (posible alteración respiratoria).
En estas situaciones, acude al odontólogo. Una exploración clínica, estudio de oclusión y, si procede, radiografías y valoración con ortodoncista y/o logopeda ofrecen un plan personalizado y eficaz.
Alternativas con evidencia cuando buscas resultados reales
- Ortodoncia (brackets o alineadores) para mover dientes y corregir maloclusiones.
- Ortognática (en casos esqueléticos moderados/severos) cuando es necesario reposicionar maxilar/mandíbula.
- Terapia miofuncional y respiración nasal supervisadas como coadyuvantes cuando están indicadas.
- Fisioterapia orofacial y manejo del estrés/bruxismo si hay hiperactividad muscular.
Las decisiones se toman tras un diagnóstico riguroso y con expectativas realistas.
El mewing no sustituye a la ortodoncia ni remodela por sí mismo la mandíbula con garantías. La postura lingual correcta y la respiración nasal son hábitos saludables, pero convertirlos en una técnica “moldeadora” sin supervisión puede perjudicar tu mordida o retrasar tratamientos eficaces. Si te preocupa la estética de tu perfil, tu mordida o notas síntomas en la ATM, busca asesoramiento profesional.
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Referencias Biográficas
- AAO: advertencias y ausencia de evidencia para “remodelar la mandíbula” con mewing. (American Association of Orthodontists, AAO)
- BOS: no hay evidencia de que masticar o sostener la lengua cambie la forma facial. (bos.org.uk)
- Terapia miofuncional: metaanálisis y revisiones apoyan su papel coadyuvante en apnea del sueño seleccionada. (ScienceDirect, MDPI, PMC)