La ortopnea es la dificultad para respirar que aparece al tumbarse y mejora al incorporarse. No es una enfermedad en sí, sino un síntoma de un problema subyacente —habitualmente cardiaco o respiratorio— que requiere valoración clínica.
Entender sus causas y cómo se maneja permite actuar a tiempo y dormir mejor.
¿Qué es exactamente la ortopnea?
Por definición, la ortopnea es la sensación de falta de aire en decúbito (acostado) que cede al sentarse o ponerse de pie.
Se diferencia de la disnea paroxística nocturna —episodios de ahogo que despiertan al paciente tras 1–2 horas de sueño— en que esta última irrumpe de forma súbita y también mejora al incorporarse. Ambas suelen indicar congestión pulmonar y deben motivar consulta médica
Por qué acostarte empeora la respiración
Al recostarte, aumenta el retorno venoso hacia el tórax. Si el corazón está debilitado, esa sangre extra puede “atascarse” en los pulmones, acumulando líquido (edema) y dificultando el intercambio de oxígeno.
De ahí que muchas personas con insuficiencia cardiaca duerman elevadas o con varias almohadas.
Causas más frecuentes (y qué las distingue)
- Insuficiencia cardiaca: la causa clásica. El corazón bombea con menor eficacia; en decúbito se agrava la congestión pulmonar, lo que provoca ortopnea y, en casos avanzados, episodios de asfixia nocturna. Suelen coexistir edemas en piernas y fatiga.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y asma: al tumbarse aumenta la resistencia al flujo aéreo y el esfuerzo ventilatorio. Pueden aparecer sibilancias y tos nocturna.
- Derrame pleural: el líquido alrededor del pulmón limita su expansión, acentuando la sensación de falta de aire al acostarse.
- Apnea obstructiva del sueño (AOS): colapso repetido de la vía aérea durante el sueño que puede asociarse a sensación de ahogo en decúbito, ronquidos y somnolencia diurna.
- Obesidad y reflujo: el exceso de peso eleva la presión sobre el diafragma; el reflujo agrava la tos y la irritación de la vía aérea por la noche. (La obesidad, además, aumenta el riesgo de AOS).
Otros desencadenantes a valorar según el contexto: neumonía, ascitis, alteraciones del diafragma o anemia dentro del diagnóstico diferencial de disnea.
Síntomas que suelen acompañarla
- Ahogo al tumbarse que mejora al incorporarte.
- Tos nocturna (seca o con flemas), sibilancias o “pitos” al respirar.
- Necesidad de dormir más incorporado o en sillón.
- En la insuficiencia cardiaca, hinchazón de tobillos/piernas y cansancio con esfuerzos leves.
Señales de alarma: acude con urgencia
Busca atención inmediata si presentas dificultad respiratoria intensa en reposo, labios o dedos azulados, dolor torácico, fiebre alta con escalofríos o confusión. Estos signos pueden indicar infección grave, embolia, crisis asmática/EPOC o descompensación cardiaca.
Cómo se diagnostica
El profesional valorará tus síntomas y antecedentes, realizará exploración física y podrá solicitar pruebas como radiografía de tórax, electrocardiograma, analítica (p. ej., péptidos natriuréticos en sospecha de insuficiencia cardiaca), ecocardiograma o pruebas de sueño si se sospecha AOS. El objetivo es identificar la causa para tratarla de raíz.
Tratamiento: abordar la causa para respirar mejor
No existe “una pastilla para la ortopnea”: el tratamiento depende del diagnóstico.
- Insuficiencia cardiaca: diuréticos y fármacos que optimizan la función cardiaca (pauta individualizada por cardiología), control de sal/ líquidos y seguimiento estrecho. Al mejorar la congestión, disminuye la ortopnea.
- EPOC/Asma: broncodilatadores y antiinflamatorios inhalados, plan de acción y vacunación actualizada.
- Derrame pleural: tratar su causa y, si procede, drenaje.
- Apnea obstructiva del sueño: CPAP es el tratamiento de referencia y ha demostrado reducir la severidad de la apnea; alternativas como dispositivos de avance mandibular pueden considerarse en casos seleccionados. La pérdida de peso mejora claramente los resultados.
Medidas prácticas para dormir mejor mientras esperas la valoración
- Eleva la cabecera de la cama (20–30 cm) o usa varias almohadas para disminuir la congestión pulmonar.
- Duerme de lado si roncas o sospechas AOS.
- Cena ligera y evita alcohol, cafeína y comidas muy grasas/picantes antes de acostarte.
- Control del peso y abandono del tabaco: impactan positivamente en corazón y pulmones.
Preguntas frecuentes
¿La ortopnea siempre es del corazón?
No siempre, pero con frecuencia se asocia a insuficiencia cardiaca. También puede relacionarse con EPOC/asma, derrame pleural o apnea del sueño. Por eso es importante no autodiagnosticarse y acudir a evaluación.
¿Puedo “curarla” solo con almohadas?
Elevarte alivia los síntomas, pero no trata la causa. Necesitas diagnóstico y plan terapéutico específico.
¿La CPAP sirve para todos?
La CPAP es muy eficaz en apnea del sueño, una de las causas asociadas a ortopnea; su indicación y ajuste requieren estudio del sueño y supervisión profesional.
La ortopnea es una señal de alerta que merece atención: tumbarte no debería quitarte el aire. Un diagnóstico temprano permite tratar la causa y mejorar tu descanso con seguridad.
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