La Clínica Dental Dámaris Rasero se abrió en junio de 2004 en Nou Barris (Barcelona). Hace cuatro años se mudó a otro local más grande, en la misma calle, Pablo Iglesias, por sus necesidades de expansión. Y desde entonces sigue atendiendo a los pacientes de siempre y fidelizando a los nuevos, bajo una filosofía basada en un trato cercano, personalizado y multidisciplinar.
¿Desde cuándo ejerce como odontóloga y cuál es su formación?
Me licencié en Odontología por UB en el año 2001 y posteriormente hice un máster de Implantes y Prótesis Sobre Implantes, en la Escuela Superior de Implantología. He estado en la UCLA (Los Ángeles), recibiendo formación sobre técnicas quirúrgicas orales, e hice un curso de estética dental en la NYU (Nueva York). Además, sigo formándome. La formación continuada es imprescindible en esta profesión, en la que es necesario mantenerse al día y donde nunca dejas de aprender.
¿En qué tratamientos está especializada la clínica y cuáles son sus rasgos diferenciadores?
Hacemos todos los tratamientos dentales porque tenemos especialistas en todas las áreas de Odontología, lo que nos permite hacer tratamientos multidisciplinares. En cuanto a los rasgos diferenciadores, donde nos encontramos no hay muchas clínicas que tengan especialistas en todas las áreas. También nos distinguimos a la hora de poseer una avanzada tecnología, con ortopantomógrafo, escáner intraoral y láser de diodo. Además, llevamos muchos años en el barrio, lo que otorga confianza al paciente. Nuestra clínica no es una franquicia, y como directora médica y propietaria de la clínica, siempre me pueden encontrar en ella.
¿En qué consiste su metodología basada en el Slow Dentistry? ¿Cuáles son los pilares fundamentales del método?
Uno de los pilares de este método es el respeto al diente. Somos lo más conservadores posibles y, en la medida de lo posible, intentamos no llegar a la extracción y el implante. Además, buscamos la calidad humana con el paciente. Escuchamos sus necesidades y expectativas, entendiendo qué es lo que quiere y empatizando con él. Por otra parte, intentamos agrupar por bloques los tratamientos, con el fin de no hacer venir al paciente a la clínica más veces de las necesarias. Le dedicamos el tiempo que haga falta, avanzando en tratamientos para optimizar su tiempo y que no se le haga tan pesado.
Aboga por ese trato personalizado al paciente como se hacía antaño, con los dentistas de familia. ¿Es posible replicarlo hoy en día?
Nuestra clínica es muy familiar. Un centro de barrio que tiene muy fidelizados a sus pacientes. A veces viene una persona y luego trae a toda su familia, o nos recomienda a conocidos, por lo que funciona muy bien el boca a boca. Esto es consecuencia del trato cercano que ofrecemos, que se parece al del dentista de toda la vida. ¡Hay pacientes que incluso se empeñan en invitarme a comer para mostrarme su agradecimiento! Esto da idea del trato familiar que damos y la confianza que depositan en nosotros.
¿El cuidado que se ofrece al paciente tiene consecuencias directas en su satisfacción?
Para nosotros el paciente nunca es un número o un presupuesto. Lo que nos importa es la persona y su salud. Cuando acabamos el tratamiento siempre hacemos las correspondientes revisiones para comprobar cómo sigue y que todo esté bien. Les felicitamos los cumpleaños y la Navidad, e intentamos mantenernos en contacto. Este trato humano también nos diferencia de ciertas franquicias dentales, donde todo es despersonalizado porque, en realidad, lo que buscan ante todo es facturar.
La completa salud dental va más allá de una bonita sonrisa. Con un mundo en el que cada vez la imagen tiene más importancia, ¿es fácil que el paciente confunda ambas cosas?
En España falta mucha cultura en salud bucodental. Una gran mayoría de personas hasta que no tienen dolor o ven que no pueden comer bien no suelen visitar una clínica dental. Pero, en general, quien se quiere hacer un blanqueamiento o unas carillas por motivo estético, sí que lo distingue. Con la ortodoncia es más difícil porque algunas personas, cuando les recomiendas hacerse un tratamiento de ortodoncia, contestan que “a mí no me importa tener los dientes torcidos”. Hay que explicarles que no es un problema estético, sino funcional o incluso de higiene. Si tienes dientes apiñados, tu higiene dental será deficiente por esa mala posición dental.
“Es fundamental escuchar al paciente, entender sus necesidades y optimizar su tiempo”
¿En qué consiste el servicio de sedación consciente? ¿A qué perfil de clientes va dirigido?
El servicio de sedación es puntual. Solo lo utilizan los pacientes que acuden temerosos a la clínica dental porque tienen fobia a las agujas o por experiencias traumáticas en otros centros. En ese caso, recurrimos a un anestesista para efectuar la sedación consciente y realizar los máximos tratamientos que se estimen oportunos.
En los últimos 20 años han atendido a miles de pacientes. ¿Qué le supone más orgullo cuando echa la vista atrás?
Me produce mucha satisfacción ver que los pacientes llevan tantos años acudiendo a la clínica y nos traen a sus familiares. Los conozco desde hace mucho tiempo, me dan dos besos y me recuerdan lo bien que les va con un tratamiento hecho hace años. Ver a la gente contenta y agradecida para mí es muy importante.
¿Qué supone para la clínica estar avalada por el sello DentalQuality?
Supone dar garantía de que los profesionales que están trabajando en la clínica están formados y altamente cualificados, con sus licenciaturas, másteres y especialidades, y en formación continuada. Avala también que disponemos de una adecuada tecnología y que ofrecemos un servicio de calidad.