Lo que se conoce popularmente como muelas del juicio son los terceros molares y últimas piezas dentales en aparecer. Se encuentran en el extremo posterior de la boca y su apelativo proviene del momento en el que salen, entre los 17 y los 25 años.
Edad en la que generalmente se empieza la etapa adulta y, con ella, cierto grado de madurez o juicio.
Paralelamente se sabe que son piezas que acaban por extraerse casi de forma necesaria, entonces uno se pregunta para qué, pues, las desarrollamos. La respuesta podría estar en nuestros antepasados que sí necesitaban más muelas para poder masticar bien los alimentos de aquella época.
Pero, según los antropólogos, la mandíbula humana se ha ido reduciendo en los últimos 20.000 años y en la actualidad prácticamente estas piezas no tienen espacio para nacer y mantenerse.
También es verdad, y está demostrado por la evolución humana, que ya hay muchas personas que no llegan a desarrollar nunca estas piezas molares.
Problemas con las muelas del juicio
Lo cierto es que casi el 95% de la población tiene problemas con las muelas del juicio derivados del hecho de no tener espacio. Por tanto, la muela se queda dentro de la encía generando molestias y, lo que es peor, provocando el movimiento del resto de las piezas en su afán por querer salir y hacerse sitio en la boca.
Y como este riesgo es innecesario, los doctores recomiendan su extracción lo antes posible, cuando comprueban que su posición ya ha llegado al límite, es decir, ya ha salido y se encuentra “atrapada” en la encía.
Hay casos en que ni tan siquiera puede llegar a salir porque el espacio de que dispone es ínfimo. Igualmente se ha de proceder a su extracción.
También existen otros motivos por los que se decide extraer las muelas del juicio. Por ejemplo, si hay infección o por tratamientos de ortodoncia, aunque en general es por el hecho de las consecuencias que puede acarrear al resto de piezas.
Procesos de extracción
El proceso de extracción se realiza con anestesia local en la propia consulta del dentista y, en caso de haber infección, se ha de eliminar primero. Hay pacientes que para sacar las muelas del juicio se hace necesario abrir la encía para acceder a ellas.
También casos en que el hueso ha cubierto parte de la pieza y debe eliminarse o, de forma más complicada, puede suceder que haya que cortar la muela a trozos más pequeños para poderla extraer por completo.
También cabe decir que, algunos pacientes, según el caso, necesitan incluso puntos de sutura para cerrar la herida.
De forma habitual, a los pocos días de su extracción, el paciente se ha recuperado perfectamente y puede hacer vida normal sin unas muelas que, en el fondo, no necesitamos tener.