Hace ya bastante tiempo que los brackets dejaron de considerarse una solución exclusiva para las etapas más tempranas de edad.
Las nuevas soluciones odontológicas han hecho que exista una amplia variedad de posibilidades para cuidar nuestra dentadura a cualquier edad.
Y dentro de esta evolución, los brackets son una de las soluciones que ha experimentado más cambios y variaciones.
Brackets: no sólo para niños y adolescentes
Aunque la idea de llevar brackets solía estar ligada a las etapas de la infancia y de la adolescencia –cuando es usual llevar este tipo de correctivos– lo cierto es que este tratamiento de ortodoncia cada vez se utiliza más a cualquier edad.
Y es que cualquier momento es bueno para corregir la posición de nuestros dientes, independientemente del momento vital en que te encuentres.
En cierto modo, el uso de esta aparatología por parte de personas célebres como actores y cantantes ha facilitado su normalización durante las etapas más maduras.
La visibilización ha logrado que los que necesiten la ortodoncia y alberguen dudas se animen a llevarlos.
Y aunque nunca hablaremos de “moda” o “tendencia” –los brackets son una solución odontológica que sólo debe aplicarse por indicación de un especialista– sin duda esta mayor visibilidad ha quebrado ciertos prejuicios.
Tratamientos de diferente duración
Otro aspecto de los brackets que ha cambiado y que representa una ventaja para el usuario es la duración de uso.
Si bien siguen existiendo pacientes que requieren amplios periodos de tiempo para corregir los casos más severos, también es cierto que, en muchas ocasiones, el uso de brackets puede reducirse a periodos mucho más reducidos (6, 8, 12 meses), siendo suficiente para correcciones leves.
También hay que tener en cuenta que, al margen de los cambios a nivel estético que han experimentado los brackets, el diseño de estos cada vez favorece más la comodidad de los pacientes.
Algunas de las características añadidas que facilitan el confort a la hora de usar estos correctores dentales son un diseño menos voluminoso y unos bordes más redondeados.
La ortodoncia invisible
Si bien los brackets permiten su personalización a través del uso de diferentes colores -dándoles un toque más juvenil e incluso divertido-, la ortodoncia ha evolucionado para ofrecer soluciones totalmente diferentes.
Uno de los métodos que más éxito ha tenido gracias a la discreción que permite es la ortodoncia invisible, que hace uso de plásticos transparentes para reposicionar los dientes.
Este tratamiento hace uso de alineadores diseñados para que resulten prácticamente inapreciables y que se pueden ir extrayendo a medida que los dientes se van recolocando.
La ortodoncia invisible cuenta, pues, con unas propiedades correctivas que se producen de una manera mucho más discreta que los brackets tradicionales; además, las férulas se diseñan de forma personalizada según las necesidades del paciente.
Los alineadores invisibles tiene como ventaja adicional que, al no ir adheridos a los dientes -ya que son una montura única extraíble- no provocan la desmineralización de los dientes, así como tampoco ocasionan las temidas llagas o úlceras bucales.
Un paso más en el ámbito de la ortodoncia que, gracias a la evolución de la aparatología y de las nuevas tecnologías, aumenta las posibilidades de todas aquellas personas preocupadas por lucir una sonrisa sana.
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