Sobra decir que cada persona tiene un color blanco de dientes distinto teniendo en cuenta que la tonalidad natural la define el color de la dentina y el grosor y calidad del esmalte.
Posteriormente, cada persona, en su propia evolución vital y, sobre todo, de hábitos, verá que su color dental puede ir variando, incluso pueden aparecer manchas en los dientes.Aunque de lo que se trata es de ir cuidándolo, manteniendo su blancura original. A los cepillados regulares, se le suma las opciones profesionales para recuperar ese blanco que a todos nos gusta mostrar cuando sonreímos.
Mantener los dientes siempre blancos no es fácil porque con el paso del tiempo éstos pierden brillo. Incluso pueden hasta mostrar manchas amarillentas que se deban a diferentes causas, algunas más que otras fácilmente evitables.
Causas de las manchas en los dientes
Una de las que más cuesta asumir a veces es la herencia genética, teniendo en cuenta que los genes influyen en el color dental y en su evolución con el paso de los años.
Otra causa más conocida son los hábitos alimenticios. Sabiendo que ciertos productos provocan directamente un cambio de color en las piezas dentarias.
Por ejemplo, bebidas como el café, el té, el vino tinto o los refrescos de cola, debido a su color fuerte, son capaces de alterar el tono de los dientes hasta oscurecerlos si se toman de forma regular. Ya que van creando una capa que acaba por penetrar en el esmalte.
Por su parte, otros alimentos, como los cítricos o el vinagre, son capaces de erosionar el esmalte haciendo que su capa se vuelva cada vez más fina y transparente. Lo que deja entrever la dentina, que sí es de color amarillento.
Otra causa es la toma de ciertos medicamentos, como la tetraciclina, un antibiótico que puede dejar marcas grises o marrones en los dientes.
Incluso un exceso de flúor puede generar la aparición de pequeñas manchas blancas. Finalmente, caídas y golpes en la dentadura también ocasionan la aparición de manchas amarillentas al verse afectado el esmalte.
Cómo acabar con ellas
Llegados a este punto, es evidente que ciertas causas pueden evitarse o moderarse. Pero, en cualquier caso, siempre existe la posibilidad de aplicar un tratamiento odontológico para acabar con esas manchas que tanto afean nuestra boca.
Siempre previa consulta médica, en nuestra higiene dental diaria cabe la posibilidad de utilizar dentífricos blanqueadores cuya finalidad no es cambiar el color de los dientes, sino hacer que se muestren más brillantes.
También existen los llamados kits blanqueadores que sólo pueden utilizarse sobre dientes sanos. Recomendándose un control odontológico en cuanto a duración y frecuencia, dado que afectan al esmalte dental.
Y, por último, otra opción es la técnica del blanqueamiento dental que sólo puede realizarse en una clínica dental. Ésta consiste en aclarar el color de los dientes, disolviendo las manchas, sin afectar el esmalte y todo ello en una sola sesión normalmente.
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