La pérdida de uno o varios dientes no solo afecta la estética de la sonrisa, sino que también compromete funciones esenciales como la masticación, el habla y la alineación del resto de las piezas dentales.
Además, esta ausencia dental provoca una consecuencia poco conocida pero muy importante: la reabsorción ósea. Con el tiempo, la mandíbula comienza a perder volumen y densidad, lo que puede alterar el perfil facial y dar un aspecto envejecido al rostro.
Ante este escenario, los implantes dentales se presentan como la solución más completa, eficaz y duradera para restaurar tanto la funcionalidad como la estética bucodental.
¿Por qué se pierden los dientes?
Las causas más frecuentes de pérdida dental son:
- Traumatismos dentales (golpes, accidentes).
- Enfermedades bucodentales avanzadas, como caries profundas o periodontitis.
- Extracciones necesarias por piezas irrecuperables.
Cuando se pierde un diente y no se sustituye, se produce una reacción en cadena: el hueso deja de recibir estimulación y comienza a reabsorberse.
Además, los dientes adyacentes tienden a inclinarse hacia el espacio vacío, alterando la mordida y favoreciendo la aparición de nuevos problemas.
¿Por qué elegir implantes dentales?
Aunque existen otras alternativas como los puentes o las prótesis removibles, los implantes dentales son, hoy en día, el tratamiento más recomendado por su durabilidad, funcionalidad y resultados estéticos naturales.
Un implante dental es una pequeña estructura cilíndrica, generalmente de titanio u otros materiales biocompatibles, que se inserta en el hueso maxilar para reemplazar la raíz del diente perdido.
Gracias al proceso de osteointegración, el implante se fusiona con el hueso y actúa como un soporte estable para una corona, puente o prótesis.
¿Los implantes dentales ayudan a evitar la pérdida ósea?
Sí. Este es uno de los principales beneficios del tratamiento con implantes.
Al reemplazar la raíz del diente, el implante restaura la función masticatoria y transmite fuerzas al hueso, lo que mantiene su volumen y densidad. De este modo, se frena el proceso de reabsorción ósea que normalmente ocurre tras la pérdida de una pieza dental.
Además, los implantes ayudan a:
- Evitar la retracción de encías.
- Mantener la armonía facial y evitar el envejecimiento prematuro.
- Conservar la posición del resto de dientes, evitando desplazamientos indeseados.
¿Qué ventajas ofrecen los implantes dentales?
- Alta durabilidad: con un buen mantenimiento, pueden durar toda la vida.
- Estética natural: se integran perfectamente con el resto de la dentadura.
- Funcionalidad completa: permiten masticar, hablar y sonreír con normalidad.
- Independencia del resto de dientes: a diferencia de los puentes, no es necesario tallar las piezas vecinas.
¿Requieren mantenimiento?
Sí, como cualquier tratamiento dental, los implantes necesitan una correcta higiene oral diaria y revisiones periódicas en la clínica.
Una higiene deficiente puede derivar en periimplantitis, una inflamación de los tejidos que rodean al implante, que si no se trata puede poner en riesgo su estabilidad.
Por eso, además de la colocación del implante, es fundamental contar con un seguimiento profesional para garantizar su éxito a largo plazo.
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