La Semana Santa es una buena oportunidad para romper con la rutina y hacer una escapada. Durante un viaje es más habitual descuidar la higiene bucodental. ¿Cómo cuidar la boca durante un viaje?
El primer paso es prevenir posibles complicaciones bucodentales antes del viaje. Así, se recomienda acudir a la consulta días antes de la salir, ya que algunas patologías orales presentan síntomas que pueden pasar desapercibidos durante la higiene diaria. Para evitar que tu salud oral sea un problema durante el viaje de Semana Santa, es preferible prevenir mediante una revisión profesional.
¿Cómo cuidar la boca si estoy de viaje de Semana Santa?
Mantener la boca sana también es posible fuera de casa. Hay diversas pautas a seguir para conseguirlo:
- Kit de higiene oral. Durante un viaje es muy habitual comer fuera del alojamiento. Pero esto no puede ser una excusa para descuidar la salud de los dientes y las encías. En la actualidad hay cepillos y pastas dentales de tamaño reducido, para llevar los pequeños kits a todos sitios. Si tu destino es un paraje natural o exótico, es recomendable llevar agua embotellada para el enjuague al cepillar los dientes.
- Cuidar los utensilios de limpieza. Aunque su uso sea de forma ocasional y portátil, es importante mantener en buen estado el cepillo y la pasta. Después de lavar los dientes conviene que el cepillo se seque al aire libre. Asimismo, debe evitarse que entre en contacto con otros utensilios de limpieza, para evitar la proliferación de bacterias.
- Masticar chicle sin azúcar. El chicle sin azúcar no debe ser sustituto del cepillado. Pero en situaciones puntuales es recomendable para mantener la boca sana ya que estimula la salivación. Fundamental para eliminar las bacterias.
Si de forma inevitable descuidas un poco la higiene bucodental, el llegar a casa es importante reforzar los hábitos de limpieza. En este sentido conviene potenciar la limpieza interproximal para evitar que los restos de comidas y bacterias se queden incrustados entre los dientes y las encías. Con estos consejos es posible disfrutar de un viaje sin comprometer la salud de nuestra sonrisa.