Muchos pacientes piensan que un tratamiento de ortodoncia finaliza en el momento en que dejan de usar su sistema fijo o removible.
Sin embargo, es muy importante saber que, tras la fase en que se corrige la posición de los dientes, da comienzo la fase de retención.
Desde DentalQuality, te explicamos para qué sirve un retenedor dental y por qué su uso es imprescindible para que el éxito de un tratamiento de ortodoncia perdure.
¿De qué fases consta un tratamiento de ortodoncia?
A la hora de explicar las diferentes fases de un tratamiento de ortodoncia, podemos distinguir tres partes bien diferenciadas.
Fase de Estudio
En la fase de estudio, el especialista examina la boca del paciente y diseña un tratamiento a medida para lograr unos objetivos determinados.
Fase Activa
En la fase activa, el paciente utiliza el sistema de ortodoncia escogido. Independientemente del tipo de sistema -fijo o removible-, este periodo puede prolongarse de varios meses hasta varios años, dependiendo del estado inicial de la boca y de su desarrollo.
Fase de Retención
Una vez finalizada la fase activa y lograda la corrección deseada en la posición de los dientes, llega la fase de retención, donde es imprescindible utilizar un retenedor dental.
¿En qué consiste la fase de retención?
Gracias a los avances en el ámbito de la ortodoncia y al mayor conocimiento logrado en la especialización, hoy en día la fase de retención se considera imprescindible para mantener los resultados logrados a lo largo del tratamiento.
Y es que los dientes tienen una tendencia natural a regresar a su posición original. Sin un cuidado posterior, el progreso logrado con el tratamiento podría perderse.
Por esta razón es necesario crear una estabilidad en la dentadura a través de los retenedores dentales.
¿Qué es un retenedor dental?
Un retenedor dental es un aparato que se coloca en los dientes para prevenir los micromovimientos. De esta manera, se evita volver al punto de partida.
Muchos pacientes que no siguen esta fase de retención acaban sometiéndose de nuevo a un tratamiento de ortodoncia para volver a colocar sus piezas dentales.
Estos retenedores dentales tienen como característica su discreción y comodidad; gracias a ello, los pacientes no tienen que preocuparse por su presencia en la boca, manteniendo así los resultados de su tratamiento.
¿Qué tipos de retenedores existen?
Al igual que los tratamientos de ortodoncia, existen dos tipos de retenedores dentales: los fijos y los removibles. Elegir un tipo u otro implicará un tiempo de uso determinado.
Retenedores Fijos
Los retenedores fijos consisten en un alambre que se coloca en la cara interna de los dientes para evitar el desplazamiento de las piezas.
En este caso, los pacientes los usan durante toda la vida. Su presencia no supone molestias en la boca, ya que son muy cómodos de llevar y no afectan ni a la funcionalidad, ni al habla ni a la estética de la boca.
Retenedores Removibles
Por otro lado, los retenedores removibles se utilizan durante un periodo de tiempo determinado, siempre según las indicaciones del ortodoncista.
Distinguimos dos tipos: los retenedores Hawley y las férulas Essix.
Las férulas Essix tienen una apariencia muy similar a los alineadores de la ortodoncia invisible. Consisten en unas férulas transparentes que los pacientes colocan como fundas sobre los dientes.
En cambio, los retenedores Hawley son unos aparatos fabricados con resina y alambre que se colocan en el paladar y ejercen la presión necesaria para evitar el movimiento de los dientes.
¿Qué mantenimiento necesita un retenedor dental?
El mantenimiento de los retenedores dentales es muy similar al de los aparatos de ortodoncia.
Es muy importante mantener una buena rutina de higiene para evitar la acumulación de bacterias, previniendo así la aparición de enfermedades como la caries y las enfermedades periodontales.
En caso de que el retenedor dental se rompa o malogre, es esencial acudir lo antes posible al especialista para seguir con la fase de retención de forma efectiva.